Dani Perrecone

¡Todos a bordo del tren del desastre!

InTheCortex205

La vida de Dani era como un tren fuera de control y cada nueva experiencia estresante o exigente la descarrilaba. Tenía muchísima ansiedad todos los días. Se mordía las uñas, tenía mariposas en la panza todo el día, y la mente no le paraba un segundo. Tenía miedos distorsionados que le impedían muchas cosas. Después de todo, la vida no es fácil si te da pánico tocar una manija. Siempre llegaba tarde a todo, confundía la izquierda con la derecha y no podía leer un reloj analógico. Si alguien manejaba demasiado lento o le cortaba el paso, ella lo veía como un ataque personal por lo que, naturalmente, sentía que tenía que tomar represalias…digamos que su claxon sonaba seguido. Ah, y si le preguntabas si quería una ensalada, lo tomaba como un insulto: “¡¿me estás diciendo que estoy gorda?!” 

 

Esos comportamientos estaban hirviendo lentamente bajo la superficie, pero llegaron a su punto cuando tuvo que enfrentar un estrés extremo a los 18 años. Se mudó de su casa para ir a la universidad al mismo tiempo que se volvió atleta de primera división. Las expectativas eran súper altas. La presión aumentó y su vida se fue en picada. Su respuesta fue simplemente llorar, llorar y llorar…y hablarle a su mamá como 100 veces al día. Fueron cuatro años muy largos, y más tarde, Dani terminó la universidad y decidió irse a vivir a otro país, lo cual desafió su sentido de seguridad en muchos niveles. Después de dos años, decidió que era hora de irse a casa.

 

Cuando regresó a su casa en San Diego, aprendió acerca de la reorganización cerebral y su propio perfil neurológico. Su perfil neurológico la describía como una persona decidida y motivada y con muchas compensaciones porque tenía un cerebro primitivo subdesarrollado con reflejos primitivos retenidos y muchas creencias subconscientes limitantes. Podía navegar a través de cualquier cosa, pero todo se sentía como si trajera pesas de 50 libras en los tobillos. Ella pensaba que todo mundo tenía que hacer tanto esfuerzo como ella para todo.

 

Resulta que no tenemos que sentir que la vida es un campo de batalla. Dani aprendió los movimientos que la ayudaron a terminar de desarrollar su cerebro primitivo, integrar sus reflejos primitivos, reprogramar sus creencias subconscientes y finalmente quitarse esas pesas de los tobillos. El tren del desastre ya no está en la estación. El destino es un cerebro sano, desarrollado y conectado.

 

Como Brain Coach Fundadora en ITC, la misión de Dani es compartir que el cerebro y sus creencias limitantes pueden cambiar. Todos tenemos el poder dentro de nosotros para controlar nuestras emociones y respuestas a todas y cada una de las situaciones a las que nos enfrentamos. Está muy emocionada de compartir cómo ponerte en contacto con lo que todos somos capaces de hacer. Cualquier persona con un cerebro que quiera que su vida sea más fácil, más alegre y, en general, mejor puede lograrlo, ¡y In the Cortex te va a enseñar cómo!